Una súplica dirigida a Dios para romper cadenas financieras, salir de deudas y alejar toda influencia negativa que impida el crecimiento económico. Esta oración es una herramienta de fe para quienes atraviesan momentos difíciles y buscan un nuevo comienzo con esperanza. Con lenguaje claro y fervoroso, invita a tomar autoridad espiritual sobre las finanzas, confiando en la provisión divina y el poder de la oración perseverante.